Con los ojos vendados y bordes encuadernados
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¿Qué se siente al ser un esclavo atado, ciego y obediente? Sabes que tu imaginación es lo más cerca que estarás de mi dulce coñito ... ¡Ahora espero que esos tobillos estén lo suficientemente apretados!
Le exiges a tu esclavo que le ate los tobillos a una silla, se venda los ojos y los bordes tres veces mientras imagina tu coño mojado. Usted exige que cuando llegue a cada borde diga: "Mi polla es suya para que la use, señora. Que este borde de adoración le agrade". Puede quitarse la venda de los ojos cuando complete su última ventaja, pero tú decides si debe permanecer atado hasta que tengas ganas de dejarlo ir ... siempre que sea posible.